Siempre he pensado en ese poema de Borges , ese clásico que cuestiona todo lo que uno no hace en la vida y proyecta las miles de cosas que se podrían cumplir si es que se naciera de nuevo .
Pero yo personalmente creo que jamás habría escrito esa poesía, porque de partida en la vida no se puede tener todo y además me esfuerzo para hacer y estar bien con mi conciencia sin importar mucho los costos. Lo paradójico de esto es que en el Emporio de la Rosa, un local muy bonito ubicado en el Barrio Las Tarrias , me tocó cerrar un circulo que no era mío sino que de mi mami fallecida ya hace 14 años .
Especulé en aquello, parece que cuando la ley de la vida es antinatural los ciclos deben cerrarlos las generaciones más jóvenes.
Pensaba en ese amor de mi madre que tuvo por tantos años y que al final al no haberse concluido, se produjo mi nacimiento ya que mi madre se caso al final con mi padre.
Pensé en el hecho de que ella no tuvo la oportunidad de cerrar muchas ventanas cuando le diagnosticaron el cáncer que se la llevó, en esa fase el diagnostico la puso tan furiosa que no supo aceptar la omnipotencia de la enfermedad.
Me imaginaba lo lindo y paradojal que era encontrarme con alguien que había tan cercano a ella, con ese pedazo de su existencia del cual yo no formé parte.
Pero durante todo el trayecto me pregunté sobre el cerrar círculos y etapas, temi que uno se puede morir sin hacerlo en cualquier momento, después me sentí estupida- nada puede ser tan neurolinguisticamente programado para vivir, uno puede irse del mundo dejando todas las ventanas abiertas, después la misma vida se encarga de buscar la forma y prolongar lo que queda pendiente.
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